lunes, 29 de septiembre de 2008
En el libro histórico The Cradle of Erotica –La cuna de la érotica, de Allen Edwardes y Robert Masters– se relata cómo esta dama china del siglo VII obligaba a que todo dignatario masculino que la visitara le realizara un cunnilingus. Previo paso a esta felación femenina, la agasajada pedía a sus visitas que se lavaran la boca. Es difícil cotejar la verosimilitud de esta historia y es posible que sus contemporáneos la inventaran debido a la extrema lujuria que caracterizó la vida de Wu Chao. En el año 665, y empleando como arma el asesinato, logró pasar de concubina de Kao-tsung a emperatriz de la dinastía T’ang. Cuando el monarca falleció, se hizo oficialmente con el poder y gobernó China con mano férrea. Sus amantes se contaron por centenares y es célebre su último favorito, Chang Ch’ang-tsung, que cumplió con sus “deberes” con la Emperatriz cuando ésta había cumplido ya 70 años.
(Extraído de la revista Muy Interesante)
(Extraído de la revista Muy Interesante)