domingo, 26 de agosto de 2007
La historia nos cuenta que, en su juventud, Teodora (la futura emperatriz, esposa de Justiniano) era famosa en toda Constantinopla, no sólo por su belleza y sus artes amatorias, sino por tener también una intensa actividad sexual. Cuenta la leyenda (?) que, durante una fiesta, hizo el amor con los diez invitados, y quedando aún insatisfecha, continuó con los treinta criados que les servían.
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