sábado, 29 de septiembre de 2007
Johann Sebastian Bach perdió una vez los nervios en la iglesia de Santo Tomás de Leipzig. El organista tituar, Johann Gottlieb Görner, interpretaba unas piezas. Era un músico excelente, pero aquel día cometió algunos errores que sublevaron a Bach hasta tal punto que, rojo de ira, fue hasta Görner, le arrancó la peluca de un papirotazo y le dijo: "¡Inútil! ¡Deberías haber sido zapatero en vez de organista!"
(Revista HISTORIA Y VIDA nº475)
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